Hola amigos,
hoy os traemos otro caso en el que el amor por el juego y los juguetes se convierte en una obsesión que llega a perjudicar al propio animal y por supuesto a su entorno. Es el caso de Leo, un labrador obsesionado con las pelotas.
En en vídeo podréis ver la valoración hecha por Raúl Hernández, nuestro educador canino, y las pautas propuestas para tratar esta obsesión de Leo.